De la selva al mar (parte 1)

De instalaciones en mal estado a unas profesionales, la estudiante de danza chiapaneca Valeria Becerril migró de la selva (Chiapas) al mar (Veracruz) en búsqueda de una mejor calidad de educación artística.
En el Centro de Estudios para el Arte y la Cultura de Chiapas (CEUNACH), los salones no eran los más adecuados. “Nos tocó muchas veces con botes o zapatos de folclor rodear hoyos para que nadie pasara por ahí”, comentó.
La bailarina compartió que no sabe por qué la Universidad Nacional de Chiapas (UNACH) tiene una licenciatura en danza si su objetivo nunca han sido las artes, exponiendo que su antiguo rector no conocía el nombre del programa de estudios.
“Si ni nuestra universidad sabe que existimos, ¿cómo vamos a tener apoyo?” , señaló.

Pero no todo es malo. Valeria consideró que las clases de gestión y promoción, así como sobre la cultura de su estado son algo que Xalapa podría implementar.
La entrevistada comentó que el interés en las comunidades autóctonas en Chiapas es un tema muy consciente en su lugar de origen, sabiendo que es un punto débil para “la ciudad de las flores”

