Aarón Romero: Trabajo comprometido en equipo como clave
Aarón Romero es coreógrafo, bailarín y director de la compañía Refractos. Su camino en la danza comenzó desde la curiosidad por el movimiento y evolucionó hacia la necesidad de crear y decir algo a través del cuerpo. En esta entrevista comparte cómo fue abrirse paso en la escena xalapeña, su proceso creativo, el valor del trabajo colectivo y su visión sobre el futuro de la danza contemporánea en Veracruz.
Fer H. Couttolenc

- ¿Cómo comenzó tu relación con la danza?
Mi primer acercamiento con la danza fue a los 15 oficialmente, en (fiestas de) XV años. Después de eso, tengo que entrar al bachillerato. Mi hermana estaba en un COBAEV, que tiene el Festival de la Juventud, y pasó que mi hermana también bailaba folclor y ese año la invitaron del grupo a bailar moderno, y pues fuimos a apoyarla.
Yo quedé maravillado, con el COBAEV 12 sobre todo, y dije: “no sabía que se podía bailar así”. Yo empecé a hablar con mi mamá del concurso y le digo que quiero meterme al COBAEV. Ella creía que me quería meter al 12, pero le dije: “no, quiero ser del mismo que mi hermana, quiero bailar, y quiero que nos hagamos muy buenos hasta poderle ganar al 12”
- ¿Desde el inicio supiste que la coreografía era el camino que querías tomar?
Desde el principio yo tenía clarísimo que lo que yo quería era hacer coreografía más que ser un intérprete. Me gusta bailar, sí, me la paso bien bailando, sí, me encanta hacer clases, sí. Pero sentía que tenía un chingo de ideas. Desde el primer año de técnico empezaba a hacer coreografía.
Ahorita las veo y digo, qué pena, pero también entiendo que, si no hubiese iniciado, no podría estar haciendo lo que, por ejemplo, puedo hacer ahora. A lo que voy es que se nota el progreso y se vuelve valioso el proceso.
- ¿Cuál consideras que fue tu mayor dificultad como estudiante de danza?
Mi proceso personal fue bastante complejo, sobre todo porque yo venía de baile moderno y folklore, no tenía tanto bagaje artístico como mis compañeros cuando entraron a la facultad. Fue como toparme con un mundo en el que al principio sentía que no pertenecía.
Yo sí me aferré a no quedarme atrás en el sentido de que no me gustaba ver cómo Lleragan al piso y yo no, todos abrían segundas y yo no. Un tiempo que me obsesioné con eso, me discipliné en mi casa, todos los días me ponía a estirar hasta que poco a poco lo fui logrando. Después entendí que cada cuerpo es distinto, también es aceptar y abrazar tus posibilidades y buscar potenciarlas.
-La idea de Refractos, ¿cuándo nació?
Fue saliendo, ¿ves que estábamos en el Colectivo Meraki? No duró mucho, solo dos años. Inició todo muy bien, pero después de eso viene una problemática muy pesada en el colectivo, ya con cuestiones muy personales, y a Javier (ex miembro del colectivo) le digo: yo Aaron Romero, ya no quiero un colectivo, creo que voy a empezar a mover mis cosas a mi nombre. Y entonces estuve trabajando diferentes proyectos. Mi amiga Nina me dice: “Wey, es que tú eres coreógrafo, tienes que titularte por coreografía”. Me convence y decido hacer Tiempos de Guerra.
Refractos surge después de que yo me titulo con Tiempos de Guerra, siempre he dicho que es el proyecto que le dio vida a Refractos. El nombre, pues la verdad, no lo pensé mucho, teníamos que meter datos a una convocatoria y no teníamos nombre y dije, bueno ya, Refractos. Es muy bonito porque era muy simple en su momento, pero con el paso del tiempo ha adquirido un peso el nombre, entonces ya no se siente simple.
-¿Cómo es tu proceso de creación para una pieza?
Los procesos creativos que se llevan son distintos dependiendo de la obra. Tengo una línea coreográfica temática, eso sí, los temas que me gustan son los temas sociales. Me he permitido en cada proceso investigar diferentes formas de creación porque quiero probarlas yo como coreógrafo, entonces no te podría decir que es el mismo proceso creativo, cada obra tiene su uno distinto que depende mucho también de cómo esté yo en el momento y qué está pasando por mi cabeza.
En Tiempos de Guerra no hay mucha investigación del movimiento, pero Artículo 19 tiene un laboratorio de movimiento larguísimo y bien complejo, donde toda la obra recae en la expresividad corporal, y ya de ahí una buena estructura que sostenga la obra.
-¿Cuáles han sido los factores que han llevado a la compañía a seguir activa?
Es tonto pensar que Refractos está por mí. Sí soy el creativo, lo que ven es el trabajo que yo dirijo, pero es un trabajo que yo no podría hacer sin esos intérpretes. No podríamos estar presentes en redes sin el equipo de redes, no podríamos tener los espejos y puertas reparadas, los baños limpios sin el equipo de producción y de limpieza.
El trabajo comprometido en equipo es la raíz, el sostén de todo demás. Hay que darle comprometido. Porque se puede trabajar en equipo, pero si no estás comprometido, pues tampoco, no llegas a nada. Es un equipo que hace de todo, yo solo, jamás.
-¿Cuáles consideras que son los aprendizajes más significativos que te ha dejado liderar el grupo?
El principal o el único que debería importar es la importancia de hacer equipo. descubrí que completamente solo no se llega a ningún lado y que la fortuna de conseguir todo lo que hemos conseguido y todo lo que queremos conseguir está directamente relacionado con el gran trabajo en equipo que hemos realizado y con la humildad.
-¿Qué sigue para Refractos?
En estas fechas estrenamos Autófagos con el PECDA, tenemos una función más que el PECDA nos pide, que es ahorita en mayo. Vamos a presentarnos en septiembre en el encuentro escénico. De ahí vamos a dar algunos talleres y unas funciones en Morelia en diciembre.
Viene la renovación de nuestro estudio y el premio nacional de danza, si es que nos da el tiempo, cada año queremos, pero cada año no nos da el tiempo. Pero sí creo que tenemos lo que se necesita para estar dentro de los mejores.
-¿Te gustaría que Refractos se quedara siempre en Xalapa?
Eso sí no lo he pensado, yo creo que depende de muchas cosas. Yo no soy xalapeño, pero cuando vine a Xalapa, me enamoré. Sí creo que me gustaría.
En la nación hay diferentes referentes para la danza contemporánea. Piensas en el norte y piensas en Antares, piensas en Lux Boreal, pero en Veracruz no hay un referente nacional. Yo quiero que Refractos sea un referente y que la gente en cualquier estado piense en la danza en Veracruz y piense en Refractos, y no vamos mal.

